Si no puedo escuchar el golpeteo del junquero, los gritos del chajá o el chasquido de los peces a mi paso.
Si me privo del universo de reflejos y aromas que el arroyo me regala.
Solo, si la garza mora no pescara por aquí y las tijetretas y golondrinas no jugaran en lo último de este sol.
Entra mudo el remo en el agua.
Una explosión de vida vestida con el infalible disfraz de la quietud.
Sin sentidos no hay sentido.
Sin sentidos remo solo.
Texto y Fotografía : Héctor Alonso